jueves, 14 de abril de 2011

MILLONARIO A LOS OCHO….

Ryan Ross cuando tenía tres años tuvo su primer negocio: vender huevos en el patio trasero de su hogar. Hoy, el niño que cuenta con 8 años de edad se encuentra metido en su cuarta em¬presa y ya tiene a su haber cerca de un millón de dólares.

“El primer paso fue tener 60 gallinas y vender una docena de huevos por tres dólares. Ganaba cerca de 15 dólares al día“, relata Ryan, quien habita en un pueblo cerca de Toronto, Cánada.

Luego de la empresa de huevos, Ryan quizo abrirse en el mercado y se lanzó a una nueva odisea: podar césped. El pequeño empresario cobraba a su clientela 20 dólares por la hora, pero como era muy bajo y joven para manipular una maquina podadora, contrató ni¬ños más grandes a quienes les pagaba 15 dólares la hora.
“Ganaba cinco dólares por ha¬cer nada“, señala su madre. “Hice lo mismo con mi siguiente empresa, una má¬quina de lavado profesional; le cobraba a mis clientes 200 dólares la hora y le pagaba a un tercero 100 dólares por hacer el trabajo. Y todas éstas fueron ideas mías“, indicó Ryan.

El muchacho se ha dedicado a invertir sus ganancias en bienes raíces. Hoy por hoy, es dueño de seis edificios en Ontario y British Columbia y de una gran fortuna personal. “Mis amigos en la escuela no pueden creer que yo sea un empresario”, dice. Pero las ambiciones de “Ricky Ricón” (en analogía por caricatura millonaria) van más allá de los bienes raíces, sino que también está interesado en los deportes. “Quiere comprar dos equipos de la liga nacional de hockey“, revela la madre de Ryan, Savannah. De hecho, ya esta en conversaciones con dos directivos de los equipos más importantes de Cánada. Todo un ejemplo de hijo.

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